miércoles, 25 de noviembre de 2009

Tu carita detrás del cristal

Esa carita tan ansiada por tus papás, nos esperaba tal día como hoy, a las 12 y pico de la mediodía de hace un año, detrás de la ventana que estaba encima de tu cuna, con talante sonriente y gesto sorprendido.

Ay vida mía!!

Menudos recuerdos me vienen a la mente de aquel 25 de noviembre de 2008... Pero empezaré por contar un poco por encima cómo nos fue el viaje, para que sepas cuando lo leas lo que aconteció:

Ni sé cuando empecé a hacer las maletas amor mío! Creo que dos meses y medio antes del viaje, cuando recibimos tu asignación, ya las puse encima de la mesa del comedor, para empezar poco a poco... ( y tan poco a poco, como que teníamos por delante aún muuuucho tiempo hasta poder viajar a por ti ;)

Hasta nuestro pequeño Asia se quería venir con nosotros el día 'd'... :)

Era sábado, día 23 de noviembre. Llegamos al aeropuerto de Loiu, y allí nos encontramos con Nagore y David, no recuerdo muy bien a qué hora, era pronto por la tarde. Tuvimos un pequeño percance con las chicas de la compañía aérea, que no nos permitieron llevar todo el equipaje que llevábamos, (cargamos una maleta entera con cosas y alimentos para tu orfanato), y con la inestimable ayuda de nuestros compañeros de viaje, que metieron entre sus cosas algunas de las nuestras, hicimos casi un récord, porque el avión salía YA!

Nuestro vuelo hacia Frankfurt, donde pasaríamos la noche para coger desde allí a la mañana siguiente el vuelo a Addis Ababa, salía a eso de las 17.00 si mal no recuerdo.

Llegamos allí con muchos nervios, mucha alegría y bastante fresquito.

Después de dejar nuestras maletas en las habitaciones del hotel, por cierto, muy modernito y muy cómodo, salimos hacia el centro para ir a algún sitio a cenar algo...

Nos metimos en una especie de centro comercial que había en una estación de tren y allí nos dispusimos a comer platos típicos alemanes los cuatro... Tan agusto!

Justo al salir de allí, nos dimos cuenta de que.... ¡Había empezando a nevar!

Poco a poco, la nieve cubría todo lo que se encontraba en su camino...

Nos hizo gracia y empezamos una pequeña guerra de bolitas de nieve, hasta que nos dimos cuenta de que, o nos dábamos prisa para llegar al hotel, (que estaba medianamente lejos), o nos íbamos a congelar, porque cada vez nevaba más y más deprisa...

Mamá se puso, (que es muy precavida ella), una bufanda a modo de gorro y a Nagore le tuvo que dejar muy gentilmente su esposo mantecoso un pañuelo que llevaba para que hiciera lo mismo, porque la pobre se estaba helando de frío!!

Y eso que todos me decían al salir del hotel........ Pero doooooonde vas tan tapadaaaaaaaaaa???? Con plumífero y tooooodoooooo???? Qué exagerada!!!!

Y fui la única que no pasó ni gotita de frío!! ;)

Esa noche dormimos aita y yo fantásticamente bien, acompañados toda la noche por una música estupenda que salía del hilo musical de la habitación y nos relajó cantidad...

Por la mañana siguiente... Una rica duchita y..... Para el aeropuerto ráudos y veloces!!

Y además de verdad, porque tras darnos un homenaje desayunando los cuatro como cuatro reyes, nos llevó un taxista un poco intrépido que, sin importarle mucho nuestros estómagos llenos de nervios, y sobre todo, la nieve que permanecía en el suelo de la ciudad, ¡¡conducía a 200 kilómetros por hora!!

Pero bueno, llegamos sanos y salvos a nuestro especial destino, aunque con un poquito de vértigo!

Nuestro vuelo saldría de Frankfurt a las 10.05

Estábamos más felices que unas perdices!!!

Allí, en ese aeropuerto alemán, nos encontramos con las otras dos parejas con las que compartímos el viaje más especial de nuestras vidas.... Las 'Davila's sisters', María del Mar y Elvira, una pareja de hermanas de Murcia, que iban a por su pequeña Arivel y José Manuel y Manoli, sevillanos ellos, que esperaban encontrarse, al igual que nosotros al día siguiente, con su hija Mimi, aunque ella estaba en otro orfanato.

El vuelo fue muy agradable, aunque obviamente, tras ocho horas sentados, se hizo largo... Lo que pasa mi niña es, que como estábamos tan ilusionadísimos, pues a mí se me hizo hasta corto!!! ;)

Esto es lo que nuestros ojos veían desde los asientos...

Así dejábamos El Khartoum, donde tuvimos que hacer parada... ¡Durante una larguísima hora! para repostar fuel... Ya nos quedaban tres horas más de vuelo solamente para ver suelo etíope! Y por fin!!!!! Estas lucecitas ya hicieron que tu mamá se pusiera a llorar de emoción, compartiendo lágrimas con tu izeba Nagore, quien, tras mirarnos de manera furtiva entre los asientos que nos separaban, comenzó también a soltar alguna lagrimilla... Estábamos tan cerca de nuestras pequeñas hijas.... No nos creíamos que allí abajo, en algún lugar, sin saber que al día siguiente iba a cambiar el rumbo de nuestras y sus vidas para siempre, nos esperaban durmiendo, en sus cunitas, tan tranquilamente, sin sospechar que tras ese sueño, la tranquilidad de sus cunas de orfanato se iba a convertir en amor, abrazos y besos de familia...

Aquí, después de pisar suelo etíope por fin, tuvimos que esperar un ratito de cola, hasta que todos los que viajábamos firmásemos y pagásemos los 17 € que costaba el visado de entrada en el país... Nos hizo muchísima gracia ver, que, a falta de ordenadores, buenos son los papeles de calco.... Algo que mamá había casi metido en el bolsillo de los recuerdos ;)

Después de eso, tras pasar ese despachito y recoger nuestras maletas y, tras darnos cuenta de que realmente estábamos en Ethiopia.... Recibimos un abrazo de recibimiento muy especial de otra compañera de viaje, que ya llevaba allí una semana con su preciosa hija Mahelet, Marian, que nos presentó a su vez, a una persona que se ha tornado muy especial en nuestras vidas desde que le conocimos esa noche, nuestro representante Wendesen.

Y ya, habiendonos conocido todos y dando pasos firmes aunque temerosos, nos dirigimos a nuestro hotel, el Addis View, con todo nuestro equipaje lleno de cosas y nuestro corazón de alegría y emoción...

Esa noche apenas sí pude pegar ojo, aunque gracias a una dormidina que me tomé, algo descansé.

Cuando desperté a la mañana siguiente, me asomé a la ventana de nuestra habitación para fotografiar lo que allí hubiera y, pese a no ser para nada dos buenas fotografías, para mí son las más significativas e importantes casi del viaje, ya que es lo que mis ojos vieron nada más despertar sabiéndome en suelo etíope y eran, nada más y nada menos que las dos primeras fotos que mi cámara guardaba dentro de sí, como si de un tesoro se tratase.

Tras ese 'momento cámara', después de intentar dejar los nervios a un lado, nos dirigimos a la recepción, donde ya estaban preparados e igual de nerviosos que nosotros los demás papás y mamás del grupo, no sin antes haber ido a la habitación de Marian y Constanza, que ya llevaban allí una semanita, para achuchar con fuerza y cariño a sus pequeñajas, las preciosas Mahelet y Werkenesh, que nos pusieron de manifiesto que, el amor que teníamos reservado para nuestra pequeña, para ti, mi preciosa Claudia Edelawit, estaba ahí, con muchísimas ganas de salir afuera.

Y así fue a la media hora siguiente, porque después de 20 minutos de trayecto hacia el orfanato, en un taxi-micro-bus, lleno de unos cuantos 'proyectos de padres' aterrados por lo que nos iba a pasar en N-A-D-A...

Llegamos y...

De repente me dio por mirar a una ventanuca que había llegado a mirar con anterioridad sin ver nada... Y al mirar de nuevo hacia allí, mientras los demás saludaban a la directora del orfanato...

¡¡¡TE VÍ!!!!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Mi hija!!!!!!!!!

Grité, a la vez me adelantaba a esa mágica ventanita. Una ventana que me dio el reflejo de algo que no puedo describir con palabras hija de mi vida... Verte allí, medio sonriendome, yo que no dejaba de llorar al otro lado del cristal, mientras que a mi manera te intentaba, como podía, devolver la sonrisa y te daba besos volados con la mano, fue la experiencia más auténticamente inolvidable y adorable que tendré jamás...

Estabas allí, eras real y ya te había visto...

No me hacía falta casi casi nada más.

(Tu padre, que estaba nerviosito perdido grabando nuestra llegada allí, al acercarse conmigo a la ventana en cuestión, ya no daba pie con bola y la cámara no estaba dirigida ya a tu carita, no podía enfocar la situación y del momento tan solo tenemos el audio, porque las imágenes creo que son el tejado de la casa... ;)

Aunque a nosotros, esas imágenes, nunca se nos podrán ir de la mente niña mía...

Entramos, y tras acompañar a Nagore y David en la entrega de su pequeña Noa, un momento lleno de ternura y emoción, nos dirigimos a otra habitación y allí estabas tú, ya no estabas en tu cunita, sino sentadita encima de una de las cuidadoras, comiendo un mejunje extraño, algo que no te acabaste, porque aunque yo te cogí y te intenté seguir dando, entre achuchón y achuchón, no tragaste medio bocado más... pobre mi niña, estabas asustadísima y llorabas buscando los brazos de la cuidadra que te había entregado a los míos...

Y cuando te cogió tu papá, al que adoras hoy en día y adoraste en cuanto pasaron tres días allí en Addis, rompiste a llorar más insistentemente y te calmé dándote tu mayor descubrimiento y lo que más te gusta en el mundo.... Un chupete!

Esta es nuestra primera foto juntas, que como he comentado de las anteriores, puede que no sea de las mejores, de hecho es una en la que no salimos nada favorecidas ninguna de las dos, pero es la primera y, por eso, la mas importante para mi:

Y esta es la primera que os hice a tu padre y a ti... Más de lo mismo, es una foto hasta de mala calidad, un pelín borrosa, pero es encantadora. Se puede ver perfectamente como si estuviéramos hoy allí de nuevo, la cara de incredulidad y satisfacción de aita y la carilla de susto que tenías tú buscando caras conocidas. Fueron momentos llenos de emoción, tiritonas de nervios, lágrimas al ver a los demás papás con sus peques y mucha ilusión contenida... Aparte de la ternura y sentimiento de ver a tantísimos nenes y nenas allí tumbaditos en las demás cunitas, algunos de dos en dos, incluso de tres en tres... Niños esperando a tener papás que les fueran a buscar para darles el amor que tanto se les veía en las caritas que les faltaba...

Y bueno, ya conté anteriormente la 'entrega' de mi otro bebé, nuestro queridísimo Samuel, al que me hubiese llevado con todo mi cariño para que sus papás lo hubieran tenido en casa antes con ellos... ;)

Estuvimos hablando, ya fuera del orfanato, con una de las cuidadoras, Misrak, la que nos pidió por favor que le enviásemos fotos tuyas, porque te había cogido mucho cariño en los 5 meses que te habían tenido allí.

Y tras colocarte en una mochilita en mi regazo, en la que casi acto seguido te me quedaste plácidamente dormidita, nos dedicamos a regalar besos y achuchones a los demás niños que estaban por allí... Los más mayores... A los que recuerdo con tanto cariño... No paraban de sonreir y de repetir aquello que les decíamos... Y estaban entusiasmados con unos juguetitos que les dieron Mª del Mar y Elvi y con las carantoñas que les hacíamos entre todos... Nos marchamos dejando en cada rincón de aquel lugar un trocito de nuestro corazón, aunque no habrían acabado allí para todos nosotros las emociones, porque Mimi, la hija de la pareja de Sevilla, nos esperaba aún en el otro orfanato...

Muchas sensaciones, mucho amor y, a partir de esa mañana, muchos compañeros que se convirtieron en amigos, todos rodeados por nuestras pequeñas.

Esto es parte de lo que nuestros ojos pudieron ver en los días que sucedieron a ese, en los 14 días que nos quedaban por delante hasta poder volver a casa, el 07 de diciembre.

El increíble paisaje desde el monte Entoto...

La salida de unos niños del colegio... Mujeres en las aceras vendiendo frutas y verduras...

Edificios en construcción o restauración con increíbles andamios hechos a base de palos de madera...
Pequeños comercios...
Puestos de especias en el 'merkato'...
... Y de zapatos...
... Y de ropa...
Madres cargando a sus pequeños...
Gente y lugares tras los cristales del taxi de Mohabba...
Más gente y más lugares...
Mujeres con sus niños y el pañuelo típico sobre sus cabezas...
La ceremonia del café...
Más puestos callejeros...
Niñas saliendo o yendo a clase..
Gente trabajando...
... Imágenes, fotografías y personas que siempre vendrán a mi mente para sacarme una sonrisa, igual que la que ellos me brindaban a mí...
Un lugar, Ethiopia, que nunca podré olvidar y que, aún estando tan lejos, está cada día presente en mi vida cada vez que veo tu carita, ya impresionantemente para siempre, a este lado del cristal.

1 comentario:

  1. Vitxo!!!
    Pero que bien que salis en las fotos!(salis mejor que yo, jeje)Como andais? Bueeeno, pues nada, que muuuuuuuuuucho muxus y mas abrazos, si cabe... Ya nos llamaremos, eh? Por cierto, mejo que sea lunes y asi me pedis el mobil, que nunca me acuerdo de deciroslo.
    En fin, 100000000000000000000000000000000000 besos y 1000000000000000000000000000000000000000000
    abrazos.

    Nahikari, Koro y Juan

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