Y no es que nunca haya salido en este cuento por ser fea o mala, no, ha sido solo por creer que se iría pronto y no volvería a aparecer jamás... Pero nos acompaña aunque no la queramos cerca.
Justo después de haberte visto por primera vez en Ethiopia, cuando te llevamos del orfanato al hotel, lo primero que hicimos al llegar al mismo fue darte un buen bañito caliente y limpiarte bien bien, sobre todo tu pelo mi vida, que lo tenías bastante raro, como aceitoso... (Creo que os debían hechar algún ungüento o algo en el orfanato a todos, porque era algo general).
Y ya después, te metimos en la cunita.
Allí, después de dar bastantes vueltas para encontrarla, pudimos compraros a las tres bebés del grupo leche sin lactosa, (nos habían dicho que los bebés negros solían ser intolerantes a la misma).
Pues bien, te lo tomaste en mis bracitos, agazapadita, acurrucada y empeñada en bebértelo tú solita... (Cosa que nos había dicho un psicólogo experto en adopción y post-sdopción al que fuimos a consultar cositas antes de viajar a por ti, que sería lo que seguramente hicieras y lo que yo, de una forma u otra, tendría que saber hacer que cambiase y que tú entendieras... Que eras muy bebita como para comer tú solita, mi corazón, que eso ya quedaba atrás, que ya estaba contigo tu mamá para darte de comer y para que tú no tuvieras que preocuparte nada más que de succionar y degustar ese rico bibe, que para sujetártelo y dártelo amorosamente ya estaba mamá ahí... Y en cosa de dos bibes más, creo que lo aprendiste fenomenal ;)
Pues bueno, ahí, tan al principio de nuestro cuento, en ese primer capítulo ya creo que empezó a aparecer la bruja...
Tras terminar el biberón y eructar perfectamente, como algo que no tenía que haber entrado, salía todo de un golpe. En una sola bocanada. Todo lo que te acababas de tragar, salía despedido de una forma brusca e inesperada...

Aunque, tras hacerte mil y una pruebas médicas, para poder así descatar intolerancias, alergias o algún mal físico, y no encontar nada destacable, 'hay muchos niños vomitadores' me llegó a decir un endocrino, pues te llevamos a un médico homeópata, (tras la insistencia, he de decir, de las tías Sonik y Bego :) y éste nos dijo que había algo que te estaba haciendo daño, sin que seas intolerante del todo y era; la leche!!
Ahí, durante unos cuantos días, me atrevo a decir que un par de semanas, la bruja de este cuento se marchó!!
... Pero ha regresado.
Y creo que no de una forma habitual, porque desde que tomas leche y yogures biológicos de soja, carne y jamoncito y pavo sin leche y demás, tu estómago ha asimilado estupendísimamente la alimentación, has empezado a engordar por fin, (en estos 10 meses casi no habías cogido ni 2 kg. de peso), y cada vez comes más cantidad y más sólido...
Ay pero brujita, por qué has vuelto? Por qué no te quedas en el bosque haciendo tus pózimas y te olvidas de que este cuento existe?
Pues bueno, eso había servido hasta hoy para que te quedaras completamente tranquila y te durmireras mientras tanto, o ya solita después a tu propio ritmo... Hasta que como digo, desde hace dos semanas, cuando Winnie acaba su canción y te quedas en silencio y a oscuras, empiezas a llorar llamándome, para pedirme 'piz' primero, para decirme 'pupu' después y, tras tres visitas de mamá a tu habitación y tras advertirte que si sigues llorando, como mamá también necesita tiempo para cenar, etc, que no va a poder venir más y te vendrá a quitar los tetes, pues tú sigues llorando más aún, fuerzas la máquina y provocas el vómito...
De esa forma, claro, mamá tiene que venir de nuevo a 'deshacer el entuerto'. Meterte en la bañera, volver a ponerte ropa limpia, limpiar el suelo, la cuna, quitar las sábanas y volverlas a poner limpias...
Otro ritual que se ha convertido ya en auténtica pesadilla para mí, niña de mi vida...
He probado a dejarte con el vómito encima durante media hora, porque como no te gusta nada mancharte y eres muy tiquismiquis para eso, ver si así lo dejas de hacer sólo por el hecho de no estar sucia... Nada.
He entrado en la habitación en absoluto silencio y con una pasividad pasmosa, sin darle importancia al asunto... Nada.
Ayer durante la siesta fue el último capítulo donde nuestra bruja tomó de nuevo protagonismo tras haber también aparecido la noche anterior...
Esperemos encontar un final felíz a este cuento, que de momento, de cuento felíz no tiene nada.

Pero por encima de todo quiero que sepas bebé de mi vida, que aunque tu mamá se ponga de color morado, le salga a veces humo verde por las orejas y te deje solita y a oscuras durmiendo en tu habitación, siempre será el hada que vele por tu felicidad e intente con todas las fuerzas de su corazón que las brujas no aparezcan en tus cuentos.