martes, 6 de abril de 2010

Estos días pasados no han sido fáciles para tu mamá, reina mora.

Inevitablemente se me han ido las emociones a cuatro años atrás, en los que solo cuatro días bastaron para llenarme de tristeza y para enseñarme de manera brutal y rápida, que las cosas más tuyas, esas que crees que te pertenecen para siempre, las que crees que nunca cambiarán y que siempre permanerán a tu lado, un día se desvanecen, desaparecen para nunca regresar.

Un día como hoy, todos los años que me queden por vivir, recordaré como se fue del mundo mi mamá.

El seis de abril de 2006, siempre permanecerá en mi memoria.

Esos días, desafortunadamente nunca podrán morir enterrados entre otros miles de días. Me atrevería a decir que así es para todas las hijas que pierden a una MADRE.

El primer regalo que nos hacen nuestras madres es la vida propia, pero el día que nos 'dejan', también nos enseñan a morir un poco de alguna manera...

Un día como hoy, todos los años que me queden por vivir, recordaré cómo quise a tu abuelita Puri, cómo me quiso ella a mi y, me imaginaré con una sonrisa en el corazón -que con la boca hoy no me sale- cómo y cuánto te hubiese querido a TI, mi princesa bella.

Te quiero enana.

Mamá.