jueves, 14 de abril de 2011

El amor no se divide; se multiplica!

Recibimos 'LA LLAMADA' un jueves... Yo estaba casi a puntito de salir de mi trabajo y entre los nervios y llamar a vuestro padre y a la gente cercana... Me fui de allí una hora más tarde!!!

Nos querían ver al día siguiente para 'actualizar nuestro expediente'... Yo le preguntaba a la trabajadora social una y otra vez, si era para darnos la asignación y ella venga a decirme que no, que había veces en que antes necesitaban actualizar datos... (Pero qué datos iban a actualizar, si nos conocían más que cualquiera con tanta entrevista y tanto test y tanta cosa...!!! :))

A mi ya me decía el corazón que era nuestra asignación pero, por si acaso y conforme me decían todos los que me quieren, tampoco me hice demasiadas ilusiones...

(Pero es que, unos 20 días antes, yo había llamado para saber cómo andaba la cosa y quien me atendió, me dijo algo aclaratorio; 'No te preocupes, porque la siguiente llamada, sí será la del susto'... Así que ahí estaba la clave de mi seguridad)

Pasamos una noche que no olvidaré... No éramos capaces de poder dormirnos y me levantaba a ver a Claudia mientras dormía de vez en cuando... Qué tierna... Qué plácida descansabas mi niña, sin saber que al día siguiente nuestra vida cambiaría para siempre... ;)

Finalmente, aita y yo nos tomamos una dormidina a medias!!!! Jajajaja... La mitad para cada uno, no fuera a ser que no nos pudiésemos levantar por la mañana!!!

Y si, llegó 'la mañana', levantamos a la 'Mariclau' y, tras ir al cole los tres juntos, llenos de amor e ilusión por doquier, nos fuimos aita y yo a 'la cita'...

Yo no daba abasto a mascar el chicle que me metí en la boca para poder paliar mis nervios mientras nos íbamos en coche y, sin parar de hablar, ni nos dimos cuenta del atasco que había en el centro de la ciudad...

Llegamos, nos hicieron esperar sentados en una sala... Ufff eso sí que eran ya nervios nerviosos... Y de repente, apareció la chica con la que siempre tratábamos, acompañada de otra chica que se presentó como la psicóloga del centro... (Ahí ya nos convencimos de que íbamos 'al tema' :)
Nos metimos en una salita muy pequeña.

Mientras disponíamos nuestros abrigos en las sillas, antes de sentarnos, nos dice... 'Estáis nerviosos?' y yo la miré como taladrándola y le conteste; 'Siiiiiiiiii!!!' y me dice con una sonrisa de oreja a oreja... 'Por qué???????' A lo que yo, ya sin poder ni sentarme le dije... 'Pues hombre... Porque me dijiste que la siguiente llamada era la del susto y pues pensamos que podáis darnos nuestra asignación hoy...!!!'.

Me senté, ella puso sus manos encima de todos los papeles de nuestro expediente así como dando un pequeño golpe y nos dijo... (Todo tan seguido que no dimos abasto a poder digerir de golpe la noticia); 'Pues si, estamos aquí para ofreceros la propuesta de una niña, de ocho días de edad, sana', (y otro dato que ya aclararé cuando todo termine... :)

Buffffffffffffffff... No pudimos con 'tanta cosa'.... Yo hasta me tuve que levantar, para poder respirar hondo, me acerqué a la ventana y miré cómo los árboles se movían rápidamente por el frío viento que hacía fuera, cogiendo aire para poder respirar y sin poder dejar de acordarme de mi mamá... Sintiendo la magia que estaba reinando ese pequeño espacio, con su presencia tan clara, haciéndose presente que era ella quien nos enviaba desde el cielo ese bebé... Cosa que hizo que me pusiera a llorar y explicarles -una vez me repuse- a las dos chicas, el porqué de mi reacción...

Aita y yo nos abrazamos y nos cogimos de la mano, nos mirábamos y no salíamos de nuestro asombro, mientras ellas y yo nos enjugábamos las lágrimas -se habían emocionado un montón- y nos contaban los pormenores de la criatura...

No hizo falta esperar más tiempo para que nuestra respuesta fuera positiva. Siiiiiiiiiiiiii!!! Aceptábamos la propuestaaaaaaa!!!!

En 20 días podríamos ir a buscar a nuestro segundo ángel a la casa cuna donde se encontraba.

No llegaron a ser 20... Fueron 13... Los trece días más caóticos que os podáis imaginar... Bueno, lo que les pasa a todos los papás adoptivos, que como no tenemos 9 meses de tiempo para preparativos, pues ala! a la carrera a comprarlo todo, a mirar lo que te dejan, lo que te puede servir o no, a preparar cuna, cambiador, a hacer hueco en el armario, a comprar biberones, leches, tetinas... (Que nuestra Alma es muy señoritinga y ha necesitado probar HASTA 16!!!!!!! para tomarse un biberón agustito... ;)))

Cuando fuimos a recoger a Claudia al cole, le contamos la noticia y nos fuimos a la casa cuna, no podíamos remediarlo, queríamos respirar el aire que allí respiraba nuestra bebé... Queríamos ver las ventanas que nos separaban de estar a su lado y por las que le entraba la luz de aquel día frío, gris, pero tan brillante para nosotros... Sin ella siquiera darse cuenta de ello... Queríamos poder imaginárnosla tras esas paredes dormidita, metidita en su cuna y siendo cuidada por alguien que le dijera que allí fuera estábamos sus papás y su hermanita mayor, esperando con ansia poder abrazarla ya...

Nos fuimos de allí con una sensación muuuuuuuy rara... Allí estaba nuestra peque... Tan cerquita de casa... Y nos teníamos que ir sin verle la carita...
(En adopción nacional no suelen enseñar fotos de los menores -como nos pasó con Claudia- hasta que no les vas a recoger).

Pero llegó el día; a las 10 de la mañana, acompañados por dos buenas amigas, nos dirigimos temblorosos a recoger a nuestra pequeña...
Estuvimos una hora y media -muuuuuuuy larga- hablando con la directora del centro de sus hábitos y demás, me cogieron la bolsa de ropita que me habían pedido llevar y de repente, apareció la asistenta social que nos había atendido al llegar, con Alma en los brazos... Taaaaaaaaaan pequeñita... Taaaaaaaan bonita... Taaaaaaaaan dormidita...

Nos la habíamos imaginado más grande... Pero era un 'kuis'... Era muy chiquita...
Me la puso en mis brazos y no pude dejar de llorar sonriéndole a la vez, sin parar de darle besitos e impregnándome de su particular y bonito olor, y diciéndole la suerte que habíamos tenido de poder tenerla y lo feliz que iba a estar al lado de su hermana...

Era casi lo que más me emocionaba en esos momentos... Pensar en ti, mi Claudia y en el momento en que la vieras...

La cogió aita... Hicimos alguna foto... Y nos fuimos de allí... Con ella en brazos... Sin poder creérnoslo...

Afuera estaba nevando.
Era una nieve de bienvenida, porque tal cual vino, se fue...

Llegamos a casa, le di un biberón y le metí en SU CUNITA, sin poder separarme de allí... Sin poder parar de mirarla... Casi hasta las 5 de la tarde... Cuando llegó del cole mi Clau... Ese momento casi no tiene descripción... Fue demasiado emocionante... Solo os puedo decir, que desde ese momento hasta el día de hoy, vuestra felicidad es estar abrazadas la una a la otra :)

Y nuestra felicidad como padres, es veros a vosotras felices.

Aún así, no quería dejar de decir que, aunque nosotros fuimos asignados con un bebé recién nacido, no ha dejado de ser igualmente dificil su adaptación.

Aunque todo el mundo piensa y nos dice que; 'cuanto más pequeños es mejor, más fácil y rápido se adaptan', no es así, es una falacia absoluta...

Estas criaturas tienen que pasar por el duelo de su situación de 'abandonados' igual que los que tienen más edad y se dan cuenta de las cosas, porque nosotros no tenemos ni el olor, ni la voz, ni muchas veces el idioma de la madre que les ha llevado en su vientre durante nada más y nada menos que nueve meses, por lo que cuando los traemos con nosotros a casa, el aprendizaje de esa criatura para con nosotros, como para con el entorno que les rodea, no tiene por qué ser fácil... Porque para ellos, TODO es distinto de lo que durante esos 9 meses han estado sintiendo.

No es cierto que los bebés, por pequeños, sean más 'fáciles'... Os lo puedo asegurar.

Nuestra Claudia llegó a nuestras vidas con 11 meses y, pese a que pudiésemos pensar que vendría con una mochila detrás que no podríamos 'gestionar' de manera fácil, NO TUVIMOS NINGÚN PROBLEMA y hasta día de hoy seguimos sin tenerlo con ella en cuanto al apego se refiere... (Bueno, ni en ningún aspecto podría decir, que eres más buena que el pan, mi niña! ;)

El vínculo que sentiste criatura al verme, fue INSTANTÁNEO... Y de igual manera por mi parte, fue algo completamente recíproco. El apego se creó en segundos.

Sin embargo, mi segunda hija, recién nacida, ha tuvo al principio cierto 'rechazo' hacia mi, hacia mis besos, hacia mis abrazos, en definitiva al amor que yo le brindaba...
Puede ser dificil de creer, pero es cierto. Incluso a mi me costaba darme cuenta de ello, pero ahora, que la conozco perfectamente, lo sé. Porque ahora sé como reacciona al verme y sé lo que siente por su reacción al tenerme cerca...

Como cuento a quien nos rodea cotidianamente y saben de nuestra 'situación', nuestro apego -hoy en día completamente hecho y superado- lo hemos zurcido, en vez de con suave seda china, con hilo de lija... :)

Pero a día de hoy, hemos podido tejer un precioso y eterno telar de amor y cariño que crecerá y crecerá con el paso del tiempo.

Espero que vosotras algún día podáis decirlo también.

Os quiero enanas.

Mamá.